Se cuenta que el Papa Bonifacio IV (siglo VI) decidió consagrar el Panteón de Roma (templo pagano dedicado a Todos los Dioses, construido por Agripa en el siglo I a.C. y reconstruido por Adriano en el s. II d.C.) a la Virgen y a los santos mártires, con el objeto de rendir de ese modo homenaje a los santos anónimos del primer cristianismo. Eso ocurrió el 13 de mayo del año 609. A partir de ese momento el 13 de mayo se convirtió en la festividad de Todos los Santos. Posteriormente el Papa Gregorio III (siglo VIII) decidió cambiar esta fecha del 13 de mayo al 1 de noviembre. Esto se debía a que el 1 de noviembre los pueblos de origen celta celebraban una fiesta llamada Samhain que marcaba el final del verano y las cosechas e introducía los días de frío y oscuridad. Así el Papa fijaba una fiesta cristiana en la misma fecha en la que ya existía la tradición de una fiesta pagana.
Los dirigentes cristianos pensaban que al instaurar fiestas nuevas en la misma fecha y de similar apariencia doctrinal que las antiguas o propias de los pueblos paganos que se iban cristianizando, les sería más fácil a estos nuevos creyentes ir abandonando sus antiguas creencias, sin que esto supusiera desechar su cultura e identidad. Esto ocurrió con otras muchas fiestas cristianas (Navidad, Semana Santa, etc.)
Desde entonces la fiesta de Todos los Santos se celebra el día 1 de noviembre.
La fiesta tradicional celta anterior al cristianismo, Samhain, se basaba en la creencia de que el dios de la muerte hacía volver a los muertos en ese día, permitiendo de este modo la comunicación de los druidas con los antepasados. Con la invasión romana, la cultura celta se mezcló con la de los césares y la religión de los druidas terminó por desaparecer. Sin embargo, la "fiesta de los muertos" no se perdió del todo. Los romanos la mezclaron con sus Fiestas de Pomona, dedicadas a la diosa de la fertilidad, y así el Samhain, primitivo Halloween de los celtas, pudo sobrevivir al paso del tiempo conservando gran parte de su espíritu y algunos de sus ritos.
Con el Cristianismo la vigilia de la noche del 31 de octubre y al 1 de noviembre, en la que se celebraban los ritos del Samhain, se llamó “AllHallow´s Even” (Vigilia de Todos los Santos) y su importancia fue creciendo con el paso del tiempo mientras se iba transformando mediante la incorporación de tradiciones de distintos países y épocas hasta llegar a lo que hoy se conoce como Halloween (la costumbre de disfrazarse puede terner varios orígenes, pero parece que la influencia más decisiva procede de Francia, del siglo XIV o XV; la de pedir "truco o trato" parece datar del siglo XVI-XVII y está relacionada con la persecución de los protestantes contra los católicos en Inglaterra; etc.)*.
Cuando a mediados del siglo XVIII los emigrantes irlandeses empezaron a llegar a América, llevaron con ellos su cultura y parte importante de ésta son sus fiestas, entre ellas la de “Halloween”. En América esta fiesta sufrió ciertas modificaciones, liberándose de las connotaciones cristianas.
En Europa los pueblos de origen celta (irlandeses, gallegos, escoceses, bretones…) siguieron celebrando de un modo u otro su fiesta de Samhain/Halloween, aunque paulatinamente iba cayendo en el olvido.
Con el tiempo y mediante la extensión de la cultura estadounidense al resto del mundo, esta fiesta que los europeos llevaron a América nos ha sido “devuelta” y en Europa se ha “reasimilado” de nuevo una fiesta que, en realidad, está en los orígenes más remotos de la cultura de nuestro continente.
Desde entonces la fiesta de Todos los Santos se celebra el día 1 de noviembre.
La fiesta tradicional celta anterior al cristianismo, Samhain, se basaba en la creencia de que el dios de la muerte hacía volver a los muertos en ese día, permitiendo de este modo la comunicación de los druidas con los antepasados. Con la invasión romana, la cultura celta se mezcló con la de los césares y la religión de los druidas terminó por desaparecer. Sin embargo, la "fiesta de los muertos" no se perdió del todo. Los romanos la mezclaron con sus Fiestas de Pomona, dedicadas a la diosa de la fertilidad, y así el Samhain, primitivo Halloween de los celtas, pudo sobrevivir al paso del tiempo conservando gran parte de su espíritu y algunos de sus ritos.
Con el Cristianismo la vigilia de la noche del 31 de octubre y al 1 de noviembre, en la que se celebraban los ritos del Samhain, se llamó “AllHallow´s Even” (Vigilia de Todos los Santos) y su importancia fue creciendo con el paso del tiempo mientras se iba transformando mediante la incorporación de tradiciones de distintos países y épocas hasta llegar a lo que hoy se conoce como Halloween (la costumbre de disfrazarse puede terner varios orígenes, pero parece que la influencia más decisiva procede de Francia, del siglo XIV o XV; la de pedir "truco o trato" parece datar del siglo XVI-XVII y está relacionada con la persecución de los protestantes contra los católicos en Inglaterra; etc.)*.
Cuando a mediados del siglo XVIII los emigrantes irlandeses empezaron a llegar a América, llevaron con ellos su cultura y parte importante de ésta son sus fiestas, entre ellas la de “Halloween”. En América esta fiesta sufrió ciertas modificaciones, liberándose de las connotaciones cristianas.
En Europa los pueblos de origen celta (irlandeses, gallegos, escoceses, bretones…) siguieron celebrando de un modo u otro su fiesta de Samhain/Halloween, aunque paulatinamente iba cayendo en el olvido.
Con el tiempo y mediante la extensión de la cultura estadounidense al resto del mundo, esta fiesta que los europeos llevaron a América nos ha sido “devuelta” y en Europa se ha “reasimilado” de nuevo una fiesta que, en realidad, está en los orígenes más remotos de la cultura de nuestro continente.
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En nuestro colegio estos días, en clase de inglés, se ha venido realizando una serie de trabajos sobre la festividad de Halloween. La finalidad es que el alumnado de esta asignatura conozca un poco mejor una de las más antiguas tradiciones de los pueblos anglosajones, ya que se entiende que el estudio de una lengua no debe limitarse al aspecto gramatical y puramente lingüístico sino que debe suponer también una aproximación a la cultura de los pueblos que la hablan.
Esto, por supuesto, no implica de ningún modo que el alumnado no deba conocer ante todo los orígenes de las tradiciones que le son propias, como son en este caso las relativas a la fiesta de Todos los Santos.
Lo importante es que el alumnado comprenda que hay que preguntarse siempre de dónde viene cada tradición, cual es su orígen y su justificación y no sumarse a una celebración sin saber lo que esta significa.
En cualquier caso es siempre muy interesante escarbar en los orígenes de las tradiciones propias y extranjeras, pues en muchas ocasiones, como es esta, nos encontraremos con que no están tan alejadas la una de la otra y que las tradiciones de pueblos diversos y alejados beben de un mismo origen común. Una lección más sobre la hermandad de los pueblos.
Esto, por supuesto, no implica de ningún modo que el alumnado no deba conocer ante todo los orígenes de las tradiciones que le son propias, como son en este caso las relativas a la fiesta de Todos los Santos.
Lo importante es que el alumnado comprenda que hay que preguntarse siempre de dónde viene cada tradición, cual es su orígen y su justificación y no sumarse a una celebración sin saber lo que esta significa.
En cualquier caso es siempre muy interesante escarbar en los orígenes de las tradiciones propias y extranjeras, pues en muchas ocasiones, como es esta, nos encontraremos con que no están tan alejadas la una de la otra y que las tradiciones de pueblos diversos y alejados beben de un mismo origen común. Una lección más sobre la hermandad de los pueblos.
Ana Manzanares
[Para ver más imágenes de los trabajos de distintos grupos de inglés, pulsar aquí]
*Fuente: http://www.escuelai.com/spanish_culture/fiestas_espanolas/todoslossantos.html
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