jueves, 14 de junio de 2007

Hay que sacar la TV del cuarto de los niños

La sentencia es contundente: “Hay que sacar el televisor de la habitación de los chicos”, dice el pediatra Víctor Strasburger*. “Y una vez de acuerdo con ese punto -sostiene- se puede empezar a hablar…”
“En Estados Unidos, dos tercios de los adolescentes, la mitad de los preadolescentes y un cuarto de los más chiquitos, tienen televisor en el dormitorio y, cuando esto ocurre, pasan más horas frente a la pantalla, por lo que leen menos, hacen menos deporte y son más propensos a tener sobrepeso”, señala.
El problema reside, básicamente, en la falta de control que los padres tienen sobre cuánto y qué ven sus hijos cuando el aparato está en esa zona en la que comienza a construirse su privacidad.
En segundo lugar, Strasburger propone limitar el tiempo frente a una pantalla. “En el mundo, los chicos ven televisión o usan los videojuegos unas tres horas al día, lo que representa demasiado tiempo.
Un tercer consejo, altamente efectivo según la práctica del experto, es que los padres se sienten a mirar las películas, los programas o los videojuegos con sus hijos para hablar sobre qué es lo que disgusta a unos y gusta a otros.
Se puede ver cualquier programa y, si los padres se sientan y hablan sobre el contenido, la situación se vuelve educativa -señaló el autor-. Los padres aún no comprenden cuán poderosa puede ser la televisión como «maestra», que seguramente desaprobarían para la escuela. Les enseña a sus hijos comportamientos agresivos, uso de drogas y sexo explícito Por lo tanto, si no hablan con sus hijos de sexo, del consumo de drogas o de la violencia, lo hará la televisión, pero de manera poco saludable. Y, hoy, los padres deben de hacer algo para evitarlo.”

Cuidado: cerebro creciendo

Si de Internet se trata, Strasburger recomendó instalar el ordenador en el salón o en un lugar expuesto de la casa. “Ningún adolescente se va sentar en la sala a mirar sitios pornográficos con los hermanos y los padres pasando por ahí”, razonó.
En la niñez, el cerebro crece como los chicos, rápidamente, y lo hace como respuesta a lo que lo rodea. “Si el entorno es un padre que lee libros a su hijo, el cerebro infantil crecerá con otras opciones”, sostuvo Strasburger, que emitió su segunda sentencia: “Los padres de chicos menores de dos años no deberían dejarlos mirar televisión”.
Pero, ¿qué pasa cuando un hijo se queja de que es el único que no puede mirar este u otro programa? Según Strasburger, la forma más simple de evitarlo es limitar de entrada el tiempo y los programas que pueden ver sus hijos. “Si lo hacen, no van a llegar a esa situación. Y muchos padres no lo hacen, de modo que lo siguiente es sentarse a mirar el programa con su hijo y explicarle por qué no les gusta”, dijo.
Si esto no da resultado, sólo queda empezar a reducir por semana la cantidad de horas frente al televisor y que los chicos elijan los programas de una lista, según la edad y el contenido.

* El Dr. Victor Strasburger, profesor de Pediatría y profesor de Familia y Medicina Comunitaria, Jefe de la División de Medicina del Adolescente en la Universidad de Nuevo México, en Alburquerque, es autor de más de 120 artículos y trabajos y de ocho libros relacionados con temas de medicina del adolescente y los efectos de la televisión en niños y adolescentes, incluyendo Medicina del adolescente: guía práctica y los adolescentes y los medios. Su libro más conocido es Consiga que sus hijos digan no en los 90, cuando usted decía sí en los 60. Es, asimismo, Secretario de la Sección de Medicina del Adolescente de la Academia Americana de Pediatría.

[Extraído de este enlace]

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